Pablo de la Flor dejó un muy importante puesto en la actividad privada para colaborar con el gobierno de PPK. Trabajó esforzadamente durante cinco meses poniendo la cara por el gobierno.
Y al final lo dejaron caer de mala manera, a pesar que tenía razón: la mayoría de gobiernos regionales y municipales no tienen capacidad de gestión y están plagados de corrupción.
Ni el presidente ni la premier lo respaldaron.
¡Qué pase el siguiente!