CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Un típico héroe caviar
Ahora todo el coro caviar pretende
convertir en héroe al inútil y servil Avelino Guillén, con sus graznidos
amplificados hasta el infinito por la inmensa maquinaria mediática que
controlan o influyen. Mienten descaradamente sobre los hechos, pero sus
falsedades se convierten en verdades, así como los embustes de la prensa chicha
que controlaba Vladimiro Montesinos se transformaban en sucesos creíbles a
fuerza de repetirse en una panoplia de medios tomados.
Un ejemplo de la falsificación caviar
sobre el desempeño de Guillén, es que supuestamente renunció en rechazo a la
corrupta manipulación del proceso de ascensos y retiros que habría dirigido el
jefe de la Policía Nacional, el general Javier Gallardo. Eso, por supuesto es
un grotesco fraude.
Hace
dos meses y medio, el 15 de noviembre, el sub comandante de la Policía, el
general Javier Bueno, hizo pública su denuncia sobre los chanchullos cometidos
en ese proceso por Gallardo y, con dignidad y valor, pidió su pase a retiro.
¿Qué hizo Guillén? Avaló el inmundo proceso y con su firma acreditó sus
resultados.
Así como Pedro Castillo dijo a Fernando
del Rincón que no sabía qué era el Movadef ni que los funcionarios que nombraba
pertenecían a ese grupo ¿dirá Guillén que no se enteró hasta ayer que ese
proceso estaba contaminado de principio a fin?
Dicho sea de paso, para redondear la
faena, ahora los medios caviares atribuyen con todo desparpajo la denuncia
específica de los cobros en los ascensos a una ONG caviar, cuando fue en el
programa de la periodista Claudia Toro, en PBO radio, hace dos domingos, que el
general (r) Bueno lanzó la bomba que precipitó la salida de Guillén.
La técnica caviar, copiada de
Montesinos, es ocultar parte de la realidad, desaparecerla, y reemplazarla por
otra fabricada por ellos. Pueden hacerlo porque controlan una inmensa
maquinaria mediática donde casi exclusivamente aparecen y opinan caviares, que
refuerzan sistemáticamente las falsedades que manufacturan.
Guillén también se prestó al siniestro
juego de Castillo nombrando prefectos vinculados a los organismos de fachada de
Sendero Luminoso, que ahora se dedicarán a hacer agitación política en todo el
país, financiados y protegidos con la cobertura del Ministerio del Interior,
que es el que debería investigarlos y eventualmente perseguirlos.
Públicamente, con toda desfachatez,
Guillén defendió esos nombramientos, aduciendo que esos agitadores no tenían
una sentencia judicial.
Recientemente justificó la peligrosísima
decisión del gobierno comunista de declarar el estado de emergencia,
suspendiendo las garantías constitucionales, e involucrar a las Fuerzas Armadas
en la lucha contra la delincuencia. Esas son medidas populistas que no ayudan a
reducir el delito, pero en manos de un gobierno como el actual implican un
claro peligro para la democracia. Esas son medidas que los caviares nunca
suscriben, pero ahora callaron oportunistamente para sostener al ministro que
les permitió regresar masivamente al Mininter.
Finalmente, no hay nada que decir sobre
los logros de Guillén, porque no existen.
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