La inseguridad sin solución
Fernando Rospigliosi
Mientras las distintas facciones
izquierdistas disputan a dentelladas los despojos del Ministerio del Interior y
la Policía Nacional, los robos y asesinatos aumentan sin pausa.
Como se advirtió desde el principio,
Perú Libre no tenía ninguna propuesta para la seguridad ciudadana ni equipo
para afrontar los complejos problemas que requieren solución. Lo que está
ocurriendo no debería sorprender a nadie.
Tres ministros del Interior en los
primeros meses de desgobierno es solamente una de las consecuencias de esa
carencia de propuesta y equipo.
La situación se agrava por la bronca de
las varias facciones que pelean por los puestos en el Mininter y la PNP, y por
utilizarlos en función de sus intereses particulares.
Vladimir Cerrón y sus secuaces tienen
fuertes vínculos con el jefe de la Policía y están preocupados por los
resultados de las investigaciones a lo que la fiscalía ha definido como una
organización criminal, los “dinámicos del centro”. La enorme influencia que
detentan les permitió que los únicos cinco miembros de su gavilla sobre los que
se concedió orden de captura pudieran fugar tranquilamente, a vista y paciencia
de todo el mundo.
Pedro Castillo ha colocado como prefectos
a miembros de su organización, el Fenate, uno de los organismos generados de
Sendero Luminoso (facción de Abimael Guzmán), que ahora realizarán labores de
agitación política –es lo único que saben hacer-, pagados con los impuestos de
todos los peruanos y protegidos por la autoridad que les ha otorgado el
Mininter. Avelino Guillén se ha prestado sin chistar a este juego perverso
justificando esos nombramientos con el pretexto de que no tienen sentencia
Castillo también está interesado –junto
a otros como Guillermo Bermejo y Guido Bellido-, en obstaculizar el trabajo y
finalmente desactivar unidades como la Dirección Contra el Terrorismo
(Dircote), que es la que ha realizado las investigaciones que los ha
desenmascarado y, eventualmente, posibilitado su procesamiento.
Los caviares quieren puestos en el
Mininter para seguir prendidos de la ubre estatal y ahora, con Guillén, están
regresando, otra vez.
En esta barahúnda lo que menos les
interesa a las facciones en disputa es la seguridad ciudadana, la lucha contra
el narcotráfico y los remanentes terroristas del Vraem o la institucionalidad
de la Policía.
Para empeorar las cosas, el inepto
Guillén ahora pretende involucrar a las FF.AA. en tareas de seguridad
ciudadana: “Estamos de acuerdo de que las FF.AA. salgan a patrullar y vigilar
lugares públicos, dependencias públicas” y también que la Diroes (Dirección de
Operaciones Especiales) salga a patrullar los conos de Lima. (“Expreso”,
15/1/22). Además, quiere restringir el uso de motocicletas y mototaxis.
Es decir, las típicas medidas populista
e ineficaces a las que recurren los incapaces cuando no entienden el problema
ni tienen idea de cómo enfrentarlo.
Por si fuera poco, el Congreso ha
aprobado una moción para declarar el Estado de Emergencia en Lima supuestamente
para luchar contra la inseguridad (80 contra 22 y 17 abstenciones). Restringir
aún más las libertades ciudadanas sin ningún fundamento ni plan para combatir
la delincuencia.
En suma, van a seguir usando el Mininter
y la PNP para sus siniestros intereses, liquidando la institucionalidad,
mientras la delincuencia de todo tipo va a seguir campeando en el país.
El Reporte 16/1/22
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