domingo, 23 de enero de 2022

Las FFAA y la seguridad

 OpiniónDomingo, 23 de enero de 2022

Las FFAA y la seguridad
Fernando Rospigliosi
Analista Político

El inepto ministro del Interior insiste en involucrar a las Fuerzas Armadas (FFAA) en tareas de seguridad ciudadana, para hacer creer a la ciudadanía que está haciendo algo para detener la ola delictiva que se ha convertido en la principal preocupación de muchos peruanos.

En realidad, esa medida, en caso de concretarse, no ayudará a mejorar la seguridad y es totalmente contraproducente.

¿Qué papel pueden desempeñar las FFAA? Avelino Guillén dice que pueden custodiar instalaciones, es decir, cumplir el papel de guachimanes. Eso, por supuesto, es absurdo. No estamos en una situación en que algún tipo de instalación pueda ser atacada por una horda armada hasta los dientes que requiera ser detenida por un enorme poder de fuego, como el que pueden emplear los militares.

Si se trata de reemplazar a los policías que custodian a los altos funcionarios del gobierno, podrían contratar guachimanes de alguna empresa de seguridad (siempre y cuando no sea la que prestaba vehículos al secretario y al sobrino de Pedro Castillo).

¿En qué otra tarea pueden participar las FFAA? ¿Patrullar las calles con tanques o vehículos blindados provistos de ametralladoras pesadas que no se deben usar en una ciudad? ¿Disparar con fusiles de asalto a algún escapero o ladrón de celulares?

Además, un factor que casi no se tiene en cuenta porque no se conoce, es que el desplazamiento de las FFAA fuera de sus cuarteles es costosísimo. Muchas personas ignoran que cuando se utiliza a las FFAA en ese tipo de actividades, eso no sale del presupuesto regular que tiene asignado el Ministerio de Defensa. Es un costo adicional. Y es muy alto.

Así, millones de soles que podrían dedicarse a mejorar las comisarías, a comprar e instalar cámaras de seguridad, a mejorar los laboratorios de criminalística, a instalar en Lima un C4 adecuado usando inteligencia artificial (centro de comando, control, comunicaciones y cómputo), etc. se desperdiciará en movilizar a las FFAA en una tarea para la que no están preparadas y que no tendrá ningún resultado positivo en seguridad ciudadana.

Quizás lo más importante es el desgaste de las FFAA en una labor que no es la suya. Los militares tienen que entrenarse constantemente para la defensa nacional y se les provee de armas relativamente costosas y sofisticadas. Desplegarlos a patrullar las calles sin propósito definido y a cumplir tareas de guachimanes, es una pérdida de recursos y energía sin sentido.

Por último, si algunos ingenuos creen que se puede poner una pareja de soldados en cada esquina, están totalmente equivocados. Con el servicio militar voluntario el número de efectivos ha disminuido drásticamente y la cantidad de militares que se pueden desplegar es reducida.

En síntesis, una medida sin sentido, costosa, desgastante, que perjudica a las FFAA y no mejora la seguridad ciudadana y que solo sirve para que los inútiles instalados en el Ministerio del Interior y Palacio de Gobierno puedan decir que están haciendo algo.

El Reporte

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