Vacunas inocuas
Fernando
Rospigliosi
Una nueva denuncia de Beto Ortiz en
Willax TV ha remecido hasta los cimientos a la coalición que gobierna el país
desde hace varios años, antes con Martín Vizcarra, hoy con Francisco Sagasti.
Esta vez es más grave todavía que la anterior, el caso de los cientos de
personas que abusando de su poder o influencias se vacunaron irregularmente.
Un segundo informe de la Universidad
Peruana Cayetano Heredia (UPCH) sobre el estudio de las vacunas chinas, reveló
que una de ellas, la de Wuhan, tenía una eficacia de 33.5% y la otra, la de
Beijing, solo 11.5%. No se conoce el primer informe y el tercero no está listo
todavía, como sostuvo el doctor Ernesto Bustamante en el referido programa,
pero los resultados mostrados significarían que esas vacunas no cumplen los
estándares mínimos exigidos en todo el mundo para aprobar el uso de una vacuna
contra el coronavirus.
Como era de suponerse, de inmediato la
jauría al servicio de esa coalición se puso en movimiento insultando, mintiendo
y amenazando, como han hecho siempre que se han visto apremiados con
revelaciones que muestran su comportamiento deshonesto, inmoral y corrupto.
Primero dijeron que el informe de la
UPCH era falso, que había sido fabricado. Pero poco después la universidad
admitió que era cierto.
Segundo, dijeron que Ernesto Bustamante,
un científico reputado, graduado en la misma UPCH y PhD por Johns Hopkins, una de las más
prestigiosas universidades norteamericanas, ex jefe del Instituto Nacional de
Salud, no sabía interpretar las cifras del informe. Una recua de ignorantes y
neófitos leyó al revés los datos y aseveró que la vacuna china era
extraordinaria y que Bustamante había leído mal. Por supuesto, no era verdad,
solamente se trataba de una campaña de mentiras que, repetidas mil veces,
buscaban crear confusión.
Tercero, activistas políticos que operan
como académicos universitarios y fungen de jueces de la verdad, sentenciando
siempre que los medios adictos al Gobierno son creíbles y que los críticos no
lo son, sostuvieron con enorme desparpajo que por haber aparecido en el
programa de Beto Ortiz y en Willax esa información debería ser falsa.
Es decir, al haber sido difundida en el
mismo programa que denunció hace poco el vacunagate, que desenmascaró la
podredumbre de los gobiernos de Vizcarra y Sagasti, la información carecía de
veracidad. Solo si fuera propagada por los medios adictos al Gobierno, los que
sobreviven gracias a la publicidad estatal y que han venido apañando durante años
la inmundicia gubernamental, sería creíble.
Por último, los ministros y voceros
oficiosos que han intentado refutar la denuncia, se han limitado a
explicaciones confusas, contradictorias y, eso sí, a proferir amenazas.
Sin duda tienen razón en preocuparse y
en tratar de acallar con mentiras y ataques a los que se han atrevido a
desenmascararlos, porque en este caso su situación está seriamente
comprometida. Probablemente van a tener el mismo destino que Vizcarra y sus
cómplices.
Publicado en El Reporte el 7/3/21