domingo, 7 de marzo de 2021

Vacunas inocuas


 Vacunas inocuas

Fernando Rospigliosi

 

        Una nueva denuncia de Beto Ortiz en Willax TV ha remecido hasta los cimientos a la coalición que gobierna el país desde hace varios años, antes con Martín Vizcarra, hoy con Francisco Sagasti. Esta vez es más grave todavía que la anterior, el caso de los cientos de personas que abusando de su poder o influencias se vacunaron irregularmente.

        Un segundo informe de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) sobre el estudio de las vacunas chinas, reveló que una de ellas, la de Wuhan, tenía una eficacia de 33.5% y la otra, la de Beijing, solo 11.5%. No se conoce el primer informe y el tercero no está listo todavía, como sostuvo el doctor Ernesto Bustamante en el referido programa, pero los resultados mostrados significarían que esas vacunas no cumplen los estándares mínimos exigidos en todo el mundo para aprobar el uso de una vacuna contra el coronavirus.

        Como era de suponerse, de inmediato la jauría al servicio de esa coalición se puso en movimiento insultando, mintiendo y amenazando, como han hecho siempre que se han visto apremiados con revelaciones que muestran su comportamiento deshonesto, inmoral y corrupto.

        Primero dijeron que el informe de la UPCH era falso, que había sido fabricado. Pero poco después la universidad admitió que era cierto.

        Segundo, dijeron que Ernesto Bustamante, un científico reputado, graduado en la misma UPCH y PhD por Johns Hopkins, una de las más prestigiosas universidades norteamericanas, ex jefe del Instituto Nacional de Salud, no sabía interpretar las cifras del informe. Una recua de ignorantes y neófitos leyó al revés los datos y aseveró que la vacuna china era extraordinaria y que Bustamante había leído mal. Por supuesto, no era verdad, solamente se trataba de una campaña de mentiras que, repetidas mil veces, buscaban crear confusión.

        Tercero, activistas políticos que operan como académicos universitarios y fungen de jueces de la verdad, sentenciando siempre que los medios adictos al Gobierno son creíbles y que los críticos no lo son, sostuvieron con enorme desparpajo que por haber aparecido en el programa de Beto Ortiz y en Willax esa información debería ser falsa.

        Es decir, al haber sido difundida en el mismo programa que denunció hace poco el vacunagate, que desenmascaró la podredumbre de los gobiernos de Vizcarra y Sagasti, la información carecía de veracidad. Solo si fuera propagada por los medios adictos al Gobierno, los que sobreviven gracias a la publicidad estatal y que han venido apañando durante años la inmundicia gubernamental, sería creíble.

        Por último, los ministros y voceros oficiosos que han intentado refutar la denuncia, se han limitado a explicaciones confusas, contradictorias y, eso sí, a proferir amenazas.

        Sin duda tienen razón en preocuparse y en tratar de acallar con mentiras y ataques a los que se han atrevido a desenmascararlos, porque en este caso su situación está seriamente comprometida. Probablemente van a tener el mismo destino que Vizcarra y sus cómplices.


Publicado en El Reporte el 7/3/21