domingo, 6 de febrero de 2022

El regreso del comunismo

 España nuevamente en manos de los herederos de los que en 1936 condujeron al país a la guerra civil y al desastre. Federico Jiménez Losantos detalla todos los despropósitos del gobierno de socialistas y comunistas que están arruinando la democracia trabajosamente recuperada. Por fortuna España está en Europa y la UE es un freno a que se convierta en otra Venezuela.



El golpe democrático

 El golpe democrático

Fernando Rospigliosi

 

        El académico turco radicado en Estados Unidos Ozan Varol, publicó en la revista jurídica de la Universidad de Harvard un interesante artículo titulado “The Democratic Coup d’État”, El Golpe de Estado Democrático, (Harvard International Law Journal, Vol. 53, No. 2, 2012).

        La tesis principal es que no todos los golpes de Estado son iguales y, aunque muchos son perpetrados por militares ávidos de poder que pretenden perpetuarse indefinidamente, otros buscan reestablecer la democracia. Así:

        La visión convencional, que considera que todos los golpes de Estado son una amenaza para la democracia y la estabilidad, debería reemplazarse por un enfoque más matizado para evaluar su conveniencia que tenga en cuenta los golpes de Estado que producen regímenes democráticos.”

        El autor señala que “según un estudio empírico reciente, en la era posterior a la Guerra Fría, el setenta y cuatro por ciento de los golpes de Estado fueron seguidos por elecciones democráticas en un plazo de cinco años”, aunque precisa que no todos esos golpes encajan en su teoría sobre el golpe democrático. Más bien Varol reconoce que “el golpe democrático es la excepción, no la norma”.

        El autor analiza específicamente tres casos que ejemplifican su teoría, los golpes de Turquía en 1960, Portugal en 1974 y Egipto en 2011. En función de esas –y otras experiencias- Varol concluye que:

aunque todos los golpes militares tienen características antidemocráticas, algunos son claramente más promotores de la democracia que otros porque responden a la oposición popular contra regímenes autoritarios o totalitarios, derrocan esos regímenes y facilitan elecciones libres y justas. Después de un golpe democrático, los militares gobiernan temporalmente la nación como parte de un gobierno interino hasta que se lleven a cabo elecciones democráticas.”

 

        Y luego precisa:

        Propongo que, aunque todos los golpes de Estado tienen rasgos antidemocráticos en la medida en que colocan a los militares en el poder por la fuerza o la amenaza de la fuerza, algunos golpes militares promueven claramente más la democracia que otros. En estos golpes de Estado, los militares responden a la oposición popular contra un régimen autoritario o totalitario, derrocan a ese régimen y facilitan elecciones justas y libres en un corto espacio de tiempo. Aunque los líderes militares, al igual que los civiles, pueden abusar de sus poderes y han abusado de ellos, existen ejemplos de golpes de Estado militares que han logrado la transición de regímenes autoritarios a democracias.”

 

        Para que corresponda a la definición del autor, la consecuencia debe ser que se posibilita la elección democrática del nuevo gobierno:

“Los militares luego entregan el poder a los líderes seleccionados por el pueblo, independientemente de sus identidades y de si sus preferencias políticas están o no en línea con las de los militares.”

        La explicación del comportamiento de los militares en estos casos, según Varol, se explica por:

“el ejército como institución, representada por sus líderes, tiene dos intereses. Primero, el ejército desea preservar y promover su posición privilegiada en la sociedad. Los militares en naciones como Egipto y Turquía disfrutan de muchos privilegios económicos y sociales y es de su propio interés proteger esos privilegios. En segundo lugar, las fuerzas armadas tienen interés en preservar la estabilidad intraestatal. Un régimen inestable es una distracción para las fuerzas armadas y distrae la atención de las fuerzas armadas de su tarea principal, que es defender a la nación de las amenazas externas. Estos dos intereses operan desde el inicio de un golpe democrático hasta su finalización.”

 

        Usualmente el interés principal de los militares es lograr la estabilidad:

“Los militares podrían dar un golpe de estado y tomar el poder del régimen autoritario y supervisar un proceso de transición que culmine con la transferencia del poder al pueblo. Esa opción posibilitaría a los militares permitir el establecimiento de un régimen más estable, emerger a los ojos del pueblo como una institución estatal creíble y preservar sus propios intereses durante un proceso de transición que controlan los propios líderes militares. (…) Sin embargo, tenga en cuenta que el propósito principal de los militares en un golpe democrático no es la promoción de la democracia. Es la preservación de la estabilidad. El establecimiento de un régimen democrático constituye el medio con el que los militares logran el resultado final de la estabilidad intraestatal”.

 

        En suma, una interesante teoría que se aparta de los moldes tradicionales.

El Reporte, 6/2/22

sábado, 5 de febrero de 2022

De crisis en crisis hasta la vacancia

 CONTROVERSIAS

Fernando Rospigliosi

De crisis en crisis hasta la vacancia

 

        El nuevo gabinete parece peor que el anterior, presidido por un individuo que es un atorrante, oportunista y con acusaciones de corrupción. No podía esperarse otra cosa de Pedro Castillo.

        La nueva crisis se desencadenó -otra vez- por las disputas de las facciones izquierdistas que integran el gobierno, crisis que también se extendió al entorno más cercano de Castillo en Palacio, suscitando la salida del Secretario General (SG).

        Así, en seis meses hay tres PCM, tres Mindef, cuatro Mininter, tres SG de Palacio, además de muchos otros cambios.

        No obstante, no hay que perder de vista que en medio del caos los comunistas siguen avanzando en ciertos objetivos fundamentales.

        Están demoliendo a la Policía Nacional (PNP), uno de sus propósitos básicos para controlar esa institución y utilizarla en sus proyectos represivos y encubridores.

        Algunos ingenuos suponen que para controlar las FFAA y la PNP los comunistas pretendían someterlas ideológicamente. Eso es una tontería. Ellos saben que no pueden conquistar a las fuerzas del orden con ideas. Su arma es la corrupción.

        No están inventando nada, sino siguiendo la línea de su admirado Hugo Chávez que logró controlar a las FFAA de su país corrompiéndolas hasta la médula, convirtiendo a los mandos en el Cartel de los Soles, una organización de narcotraficantes.

        En la Policía consiguieron establecer un proceso de ascensos corrupto -como denuncio el ex sub comandante general Javier Bueno- avalado por el entonces ministro Avelino Guillén, dirigido desde Palacio por Castillo y Bruno Pacheco, y ejecutado por el entonces jefe de la PNP Javier Gallardo.

        Ahora ya no están Pacheco, Gallardo ni Guillén -lo cual no tiene importancia porque son fusibles y desechables-, pero los ascendidos siguen ahí. Y la señal que se ha dado a la institución es que los corruptos siempre ganan.

        En las FFAA trataron de hacer lo mismo, pero la resistencia de los comandantes generales evitó que consumaran su intento. Los echaron de mala manera. La señal es clara, si alguien los desafía la próxima vez, lo botarán Y no pasará nada.

        Han puesto al frente del Mindef a un almirante retirado que precisamente avaló públicamente la maniobra de Castillo de pasar al retiro a los jefes que se opusieron al despropósito. El mensaje es clarísimo: eso lo van a volver a hacer.

        Los prefectos vinculados a Sendero Luminoso nombrados por Castillo y Guillén siguen ahí y el nuevo ministro no los va a remover. Al contrario, es seguro que seguirán designando otros similares en más prefecturas y sub prefecturas.

        El nuevo ministro del Interior, un chotano sentenciado y además con denuncias por vinculación con el narcotráfico es perfecto para los intereses de los comunistas. Va a cumplir todas sus órdenes y, cuando se produzca otro escándalo, lo desecharán sin problema.

        Al procurador Daniel Soria, que denunció a Castillo, lo echaron, tal como pidió el abogado de Castillo y el ministro de Justicia, que ejecutó la orden.

        Algunos cándidos se entusiasman porque en el MEF han puesto a un funcionario razonable. El asunto es que ahora los comunistas no pueden hacer lo que quieren porque todavía sobrevive un Congreso que no controlan y está vigente la Constitución que quieren liquidar. Por eso Castillo puede decir que no ha expropiado nada (ni ha establecido controles de precios, ni se ha apoderado de los ahorros de la gente). Pero no lo hecho porque la sencilla razón de que no puede todavía, no porque no quiere. Designando un ministro con esas características calman a los incautos que todavía esperan un cambio positivo, mientras ellos siguen avanzando.

        Finalmente, es patético el intento de un sector caviar que sostiene que este es un gabinete de derecha. Pretenden así evadir su responsabilidad en el fracaso de un gobierno que ellos ayudaron a instalarse y que han defendido -y defenderán- en la medida en que les otorgue puestos y prebendas.

        A estas alturas ya casi todos los demócratas están convencidos que la única opción para evitar la destrucción del Perú es vacar a Castillo y sus secuaces (o destituirlo por la vía de la acusación constitucional que un grupo de destacados abogados ha presentado al Congreso).

Lampadia, 2/2/22

Un típico héroe caviar

CONTROVERSIAS

Fernando Rospigliosi

Un típico héroe caviar

 

        Ahora todo el coro caviar pretende convertir en héroe al inútil y servil Avelino Guillén, con sus graznidos amplificados hasta el infinito por la inmensa maquinaria mediática que controlan o influyen. Mienten descaradamente sobre los hechos, pero sus falsedades se convierten en verdades, así como los embustes de la prensa chicha que controlaba Vladimiro Montesinos se transformaban en sucesos creíbles a fuerza de repetirse en una panoplia de medios tomados.

        Un ejemplo de la falsificación caviar sobre el desempeño de Guillén, es que supuestamente renunció en rechazo a la corrupta manipulación del proceso de ascensos y retiros que habría dirigido el jefe de la Policía Nacional, el general Javier Gallardo. Eso, por supuesto es un grotesco fraude.

        Hace dos meses y medio, el 15 de noviembre, el sub comandante de la Policía, el general Javier Bueno, hizo pública su denuncia sobre los chanchullos cometidos en ese proceso por Gallardo y, con dignidad y valor, pidió su pase a retiro. ¿Qué hizo Guillén? Avaló el inmundo proceso y con su firma acreditó sus resultados.

        Así como Pedro Castillo dijo a Fernando del Rincón que no sabía qué era el Movadef ni que los funcionarios que nombraba pertenecían a ese grupo ¿dirá Guillén que no se enteró hasta ayer que ese proceso estaba contaminado de principio a fin?

        Dicho sea de paso, para redondear la faena, ahora los medios caviares atribuyen con todo desparpajo la denuncia específica de los cobros en los ascensos a una ONG caviar, cuando fue en el programa de la periodista Claudia Toro, en PBO radio, hace dos domingos, que el general (r) Bueno lanzó la bomba que precipitó la salida de Guillén.

        La técnica caviar, copiada de Montesinos, es ocultar parte de la realidad, desaparecerla, y reemplazarla por otra fabricada por ellos. Pueden hacerlo porque controlan una inmensa maquinaria mediática donde casi exclusivamente aparecen y opinan caviares, que refuerzan sistemáticamente las falsedades que manufacturan.

        Guillén también se prestó al siniestro juego de Castillo nombrando prefectos vinculados a los organismos de fachada de Sendero Luminoso, que ahora se dedicarán a hacer agitación política en todo el país, financiados y protegidos con la cobertura del Ministerio del Interior, que es el que debería investigarlos y eventualmente perseguirlos.

        Públicamente, con toda desfachatez, Guillén defendió esos nombramientos, aduciendo que esos agitadores no tenían una sentencia judicial.

        Recientemente justificó la peligrosísima decisión del gobierno comunista de declarar el estado de emergencia, suspendiendo las garantías constitucionales, e involucrar a las Fuerzas Armadas en la lucha contra la delincuencia. Esas son medidas populistas que no ayudan a reducir el delito, pero en manos de un gobierno como el actual implican un claro peligro para la democracia. Esas son medidas que los caviares nunca suscriben, pero ahora callaron oportunistamente para sostener al ministro que les permitió regresar masivamente al Mininter.

        Finalmente, no hay nada que decir sobre los logros de Guillén, porque no existen.

 Expreso 31/1/22

Los maestros también roban

Los maestros también roban

Fernando Rospigliosi

 

        El viernes pasado, en Ancash, Pedro Castillo profirió otra de las necedades con las que suele aderezar los mítines (es lo único para lo que sí está entrenado) que constantemente perpetra en todo el país: “¿Ustedes creen que un maestro rural le va a robar al Perú?” dijo.

        La repetición de su permanente intento de victimización, la idea roussoniana de que es un “buen salvaje”, un modesto campesino y maestro puro e inmaculado, que no se va a corromper con las tentaciones de la política y el capitalismo.

        La realidad de esos maestros provinciales y rurales es, desgraciadamente, que son muy corruptos, aunque como en todas las profesiones y oficios hay también gente muy sacrificada y honesta.

        Una excelente investigación del antropólogo Ludwig Hubner del Instituto de Estudios Peruanos en Ayacucho desnudó esa triste realidad, “Romper la mano. Una interpretación cultural de la corrupción” (IEP, Proética). El libro trata de la pequeña corrupción en el ámbito de la educación.

        Una encuesta nacional realizada por el Foro Educativo, señala Hubner, descubrió que el 62% considera que la corrupción en los centros educativos es el principal problema que afecta la calidad de la educación y está en el primer lugar de las preocupaciones de los encuestados.

        En verdad, todo el mundo conoce la situación. En Ayacucho, lugar de la investigación, “hay una consciencia muy marcada de que el sector educativo es uno de los más corruptos”. Y no es diferente en el resto del país.

        Un funcionario del sector entrevistado por el autor resume la situación: “Trabajar en educación es como hacer una maestría en corrupción”. A la luz de lo que se ha visto en los últimos seis meses, Pedro Castillo tiene licenciatura, maestría, doctorado y post doctorado en esa materia.

        Un asunto muy difundido es la ausencia de profesores, sobre todo en zonas rurales, donde los docentes “aducen problemas de salud para no asistir a su centro de labores”. En zonas pobres y remotas la tasa de ausencia es 21%. Castillo, además, usó la licencia sindical para ausentarse –según reportes periodísticos- siete años con su sueldo pagado. Aunque en este caso, hay que reconocerlo, eso fue beneficioso para los alumnos.

        No obstante, otro estudio indica que la ausencia puede llegar al 30%. Uno de los autores de ese trabajo –“Corrupción y pobreza” (2004)- es nada menos que Pedro Francke, que entonces no puede fingir ignorancia respecto a su actual jefe. Más aún, si el propio Francke describe una característica que es típica de Castillo, “corruptelas apañadas en reivindicaciones sectoriales”, exactamente lo que hizo en su carrera de agitación sindical, defendiendo esas corruptelas con el Conare-Fenate.

        Las modalidades de corrupción son múltiples y abarcan todos los rubros: “los malos manejos de los fondos obtenidos [en las escuelas] como recursos propios, el cobro por otorgar un certificado o por matrícula, los alquileres del local, las concesiones de las tiendas escolares, la venta de insignias, etc.”

        También “la relación nada pedagógica entre docentes y alumnos, que incluye salidas a emborracharse, los amoríos o el acoso sexual, hasta la venta de notas o el cobro para aprobar cursos, sea en dinero o en especies”.

        Por último, la condena a la corrupción tiene un carácter ritual, dice Hubner “es cosa sabida, tolerada y hasta celebrada pero es obligatorio condenarla. Mientras la retórica se caracteriza por una adhesión formal a las normas del sistema y una condena unánime de la corrupción, en su hábito cotidiano la gente se ha acostumbrado a practicarla, y lo hace con mucha facilidad y destreza”.

        Que es exactamente lo que hace Castillo, condenando la corrupción cada vez que abre la boca, pero practicándola desenfrenadamente todos los días.

        Así pues, habría que advertirle a Castillo que deje de intentar presentar esa imagen bucólica y falsa del maestro provinciano honesto y trabajador, que no corresponde en absoluto a la realidad. Y que, a juzgar por el estudio de Hubner, todo el mundo lo sabe.

        Para confirmarlo, baste recordar la reciente venta masiva de los exámenes para maestros, que involucró directamente al ministro de Educación Carlos Gallardo –entusiasta activista de Fenate como Castillo- y motivó su censura.

        En conclusión, mi respuesta a la pregunta de Castillo “¿ustedes creen que un maestro rural le va a robar al Perú?” es sí, sin duda, sí. Y supongo que muchos coincidirán, como lo demuestra la reciente encuesta de Ipsos para Lampadia donde 50% cree que está vinculado a la corrupción (un 41% no cree eso).

        Finalmente, insisto, hay maestros en todos los ámbitos sacrificados, competentes y honestos que hacen un excelente trabajo pese a la precariedad en que se desenvuelven, pero claramente Castillo no es –ni nunca fue- uno de ellos.

El Reporte 30/1/22