CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Congreso populista, ¡qué sorpresa!
(Publicado en El Comercio, sábado 30 de mayo de 2020)
La última iniciativa de la bancada
de Acción de Popular en el Congreso, un referéndum para cambiar la Constitución
–respaldada por supuesto por el Frente Amplio y otros-, es solo uno de los
tantos desatinos perpetrados desde el Parlamento, que muchos ya no dudan en
calificar como peor del que fue cerrado, ilegalmente en mi opinión, por el
presidente Martín Vizcarra.
Ahora numerosos integrantes de la
coalición vizcarrista que promovieron con entusiasmo la clausura del Congreso y
luego festejaron con algarabía cuando el presidente lo disolvió, se quejan y descubren
que el nuevo Congreso es populista ¿Y qué esperaban?
Sin partidos políticos, en una
elección irregular sin candidatos presidenciales, con algunas de las nuevas
normas de la pésima reforma política impuesta por Vizcarra al Congreso anterior
–sin publicidad electoral por radio y TV, prácticamente sin financiación
privada formal, sin reelección, norma no vigente en ese momento pero en la
práctica aplicada por casi todos- y en un ambiente propicio al populismo, era
de esperarse que ocurriera lo que sucedió.
Lo advertí antes de esas
elecciones, previniendo que las ideas populistas, estatistas e izquierdistas estaban
avanzando: “Algunos analistas –no por casualidad de la coalición vizcarrista-
sostienen que es imposible un triunfo de las izquierdas en el Perú porque la
mayoría de ciudadanos es partidario del libre mercado. Esa es una teoría
absurda y ridícula.” (El Comercio, “Los
buenos también pierden”, 19/10/19).
El criterio de libre mercado
usualmente no es el fundamental para decidir el voto de los electores, que
apoyan o rechazan a candidatos y partidos por otras razones. Y así lo fuera,
los candidatos dicen una cosa en la campaña electoral y hacen cosas distintas
cuando son elegidos. Por ejemplo, la mayoría de analistas no esperaba que la
bancada mayoritaria, Acción Popular, fuera el foco principal del virus
populista que ha contaminado al Congreso.
Pero esas ideas absurdas y ridículas
eran las que querían escuchar y a las que daban crédito muchos, incluyendo a
los que más podían ser afectados por una ola populista.
Observando la realidad
objetivamente no era difícil prever lo que venía, como sostuve antes de las
elecciones: “Así las cosas, muchos de los elegidos serán desconocidos que, como
muestran los anteriores congresos, harán lo que les venga en gana en función de
sus intereses particulares sin importar el partido que los llevó. (…) En suma,
es posible que el próximo Congreso esté integrado por personas de baja calidad
y sin mucha experiencia. Es probable también que esté fragmentado. Y (…) será
proclive al populismo.” (“Gestión”, “2020: El año de la incertidumbre”,
27.12.19).
Y citaba el libro sobre el
populismo de Madeleine Albright: “Los buenos no siempre ganan, sobre todo
cuando están divididos y menos resueltos para la acción que sus adversarios. El
deseo de libertad puede germinar en cualquier persona, pero también la
inclinación a la complacencia, el desorden y la cobardía. Y perder tiene un
precio.”
Ya estamos viendo el resultado
de que ganen los irresponsables, los ineptos, los demagogos, los populistas.
Pero eso es una pequeña muestra de lo que puede venir el 2021.
Y termino con la misma conclusión que
adelanté hace varios meses: el resultado de las elecciones congresales comprueba
que la labor destructiva del presidente Vizcarra y la coalición que lo respalda
ha logrado aniquilar a sus adversarios y al mismo tiempo ha dejado expedito el
camino para el surgimiento de líderes populistas que, aprovechando la
demolición institucional y el descrédito y desconfianza que han sembrado
Vizcarra y sus aliados, puedan tentar el poder el 2021, con consecuencias
catastróficas para el Perú. (El Comercio,
“El populismo se
aproxima”, 1/2/20).
Otrosí digo. Uno de los varios científicos que opina que las
cuarentenas son un fracaso y que cuestan más de lo que aportan es el premio
Nobel Michael Levitt: “Creo que el
verdadero virus fue el virus del pánico”, afirmó. “Creo que los líderes
entraron en pánico y la gente entró también. (…) Creo que las cuarentenas no salvaron ninguna vida”.
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