Lepanto
Fernando Rospigliosi
El domingo 7 de octubre de 1571, hace
450 años, la flota del occidente cristiano dirigida por Don Juan de Austria
derrotó en Lepanto, Grecia, a la flota de los turcos otomanos, deteniendo la
expansión del Islam en el Mediterráneo.
El libro de Roger Crowley, “Imperios del
Mar. La batalla final por el Mediterráneo 1521-1580”, describe el avance de los
turcos y como fueron finalmente frenados en Lepanto.
La gigantesca batalla involucró, en
ambos bandos, unos 140,000 hombres y seiscientos barcos.
Al centro de la flota cristiana estaban
los españoles de Don Juan de Austria, medio hermano del rey Felipe II, en su
buque insignia Real. En la Marquesa Miguel de Cervantes de 24 años
comandaba un destacamento de soldados. (En realidad estaban mezclados hasta
cierto punto españoles, venecianos y genoveses, pero predominaban en cada sector
de la flota). A la izquierda los venecianos comandados por Agostino Barbarigo y
a la derecha los genoveses por Juan Andrea Doria, sobrino del famoso almirante
genovés Andrea Doria. Un cuarto escuadrón comandado por el español Álvaro de
Bazán quedó en reserva para acudir donde fuera necesario.
Poco después del medio día chocaron la
nave insignia de Don Juan de Austria, Real,
con la Sultana, del jefe de la flota
turca Alí Pachá. Varias otras naves, cristianas y otomanas se arremolinaron en
ese combate. Soldados de ambos bandos reforzaban constantemente esos buques. Los
turcos abordaron la Real y los
españoles la Sultana. Ese combate feroz
duró más de una hora. Don Juan de Austria, que repartía mandobles con su espada
en la proa de su embarcación fue herido de una cuchillada en la pierna. Alí
Pachá fue muerto de un arcabuzazo, un soldado lo decapitó y su cabeza fue
exhibida clavada en una pica. La bandera cristiana se izó en la Sultana.
En la derecha las cosas no iban bien.
Juan Andrea Doria era reticente a entrar en combate y a perder sus galeras, que
él alquilaba a la flota cristiana. Si un buque se hundía, la pérdida era suya.
El turco Uluj Alí, que se enfrentaba a Doria, lo superaba en habilidad y
decisión. Estuvo a punto de derrotarlo, pero acudieron en su ayuda Don Juan de
Austria y los venecianos que ya habían vencido a sus adversarios. Uluj Alí,
viéndose perdido escapó, con parte de su flota (después se convirtió en un
héroe para los turcos).
En cuatro horas de batalla murieron
40,000 hombres (25,000 otomanos) y se destruyeron un centenar de barcos. Fueron
liberados 12,000 esclavos cristianos que remaban en las galeras turcas.
Lepanto, dice Crowley, “fue un
acontecimiento trascendental que afectó el continente entero y capturó su
imaginación.” Y agrega “la resistencia de Malta y la victoria de Lepanto
detuvieron el avance otomano en el centro del mar”.
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